La moda mira de frente a la imperfección: Dirty Looks, en el Barbican de Londres, convierte la mancha en manifiesto y el desgaste en deseo. Una oda a lo crudo que desarma el brillo de vitrina y nos interpela: ¿por qué la suciedad aún nos escandaliza? Aquí, el lujo pisa con barro imaginario y lo vuelve discurso.
Primera exposición de moda del Barbican en casi una década, Dirty Looks: Desire and Decay in Fashion reúne prendas deliberadamente ajadas y “ensuciadas” que subvierten el convencionalismo del glamour pulido. El guiño de unas Hunter de Kate Moss en la entrada funciona como señuelo: dentro, la curaduría desmonta la idea de que el lujo debe relucir, y propone otra narrativa donde la pátina, la rotura y el residuo son herramientas estéticas y emocionales.
Entre las piezas icónicas, asoman las célebres zapatillas “faux-filthy” de Balenciaga —valoradas en 1.400 libras—, convertidas en símbolo global de la fricción entre alta moda y vida real, y los vaqueros de JordanLuca con manchas que simulan orina, un shock calculado que problematiza la noción de pureza. Aunque solo hay un par de “dirty trainers”, su potencia discursiva basta: más que provocar por provocar, estas prendas cuestionan quién define lo valioso y por qué seguimos equiparando limpieza con estatus.
El contexto internacional acompaña. En las grandes capitales, de los ateliers al streetwear, la estética del deterioro ha dejado de ser margen para instalarse en el centro del debate, en contraste con las macroexposiciones patrocinadas por maisons como Dior o Chanel, donde predomina el lustre museístico. Dirty Looks sugiere que el conflicto no reside en rasgar o mancillar una prenda, sino en nuestra mirada: al abrazar la decadencia como lenguaje, la moda reabre conversaciones sobre deseo, autenticidad y poder, y confirma que lo bello también puede nacer del rastro y la ruina.
Alejandro Ruiz Cortés es consultor estratégico de emprendimiento, inversor ángel escéptico y periodista especializado en innovación y startups. Nacido en Madrid en 1980, se licenció en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Complutense, donde descubrió su pasión por los modelos de negocio disruptivos y la tecnología emergente.
Con más de 15 años de trayectoria, Alejandro ha alternado su labor en medios económicos de referencia con la asesoría directa a emprendedores. Como periodista, ha publicado análisis críticos en cabeceras como Emprende Hoy y Innovación Tech, siempre poniendo el foco en riesgos, fracasos y lecciones duras del ecosistema. En paralelo, ha invertido en más de una veintena de startups, advirtiendo desde el principio sobre las altas tasas de mortalidad empresarial y la volatilidad de la financiación.